Sin Permiso para Sembrar
Hernando Betancourt es un empresario y filántropo Colombiano, quien después de la muerte de su padre, empezó a sembrar árboles por donde quiera que estuviera. Cada viaje, para él, era una oportunidad para sembrar.
No siempre, la noble acción de plantar vida ha sido recibida de buena manera, al contrario, muchas veces se presentaron obstáculos, la mayoría implicando una serie de permisos y protocolos que fueron dejados atrás mostrando que con la acción, el resultado brilla con luz propia.
Hernando Betancourt siembra sin permiso, y dona árboles frutales y flores de colores a quien quiera sumarse a su “locura,” a la locura de transformar las ideas en acciones.
De su propio bolsillo y sin ningún interés político, Hernando Betancourt fundó Vivero Paraíso, en el municipio de Santander de Quilichao. Este vivero nació tras una reunión en donde discutiendo ideas de un cuaderno de proyectos productivos con el comandante de la policía del departamento del Cauca, ambos pensaron que sería una buena idea tener un vivero en donde pudieran donar árboles frutales y flores de colores a todas las escuelas del país.
La idea, se transformó en una realidad en tan solo unos días, y de ella también surgió el deseo de embellecer un tramo de la carretera al mar que va desde Cali, hasta la ciudad portuaria de Buenaventura en el departamento del Valle del Cauca, específicamente en el trayecto del kilometro 18.
Vestido siempre de blanco y promoviendo la filosofía de la generosidad, Hernando ha sido tildado de loco, de raro, de extraño, adjetivos que para el no son ofensivos, al contrario, se enorgullece de cada uno de ellos.
Ser un “loco cuerdo” como el mismo se define, es su bandera y su mejor carta de presentación, cada acción, cada nuevo logro, es una muestra más de que es posible dejar una huella y de contagiar hasta a el mas incrédulo, cuando se actúa sin esperar las gracias, los aplausos o las medallas.
Iniciar, cambiar, liderar, no son acciones fáciles, implican enfrentarse a la cotidianidad, a nosotros mismos, pero son estas acciones las que acompañadas por la constancia y disciplina, las que logran dejar un legado, como el de Hernando Betancourt y su Vivero Paraíso.