Gracias
Todas las noches antes de irme a dormir, rezo. Es un hábito que tengo desde hace muchos años y aunque este muy cansada siempre lo hago casi de manera involuntaria. Me doy la bendición y miro al techo, y en mi mente comienzo a hablar con Dios, le cuento mi día, le doy gracias y pido solo lo necesario. Me considero una consentida de Dios y de la vida, porque realmente tengo más de lo que alguna vez imagine.

Hoy, quiero dedicarle este blog a mis hijos, a esos seres que todos los días me llenan de amor.
Puede sonar cursi o trillado, y hasta fuera de moda en estos tiempos de empoderamiento femenino, pero en mi, siempre estuvo el deseo de tener una familia, pero sobretodo de ser mamá.
Imaginaba a una niña y a un niño, “la parejita” como muchos la llaman. Y quien lo iba a decir, Dios me bendijo justamente con Camila y Lucas.
Ser mamá ha sido mi más grande reto. Mi más grande reto físico, emocional y hasta profesional. En cada etapa de la maternidad, me he visto llevada hasta el límite, hasta el punto de quiebre, pero siempre el amor que siento por mis hijos, ha sido el paracaídas que se ha abierto justo en el momento crítico de la caída libre, desplegándose y rescatándome de un golpe inminente.
Ver a mis hijos crecer es algo que todavía me parece increíble, cada nuevo logro, cada frase graciosa, cada muestra de personalidad, es una razón más para enamorarme más profundamente de ellos.
En estos días de tantas emociones cruzadas, en donde la desesperación se ha apoderado aunque sea por unos minutos de mi mente, han sido mis hijos quienes con una frase o un gesto, me han hecho recordar que ser su mamá, es un privilegio.
GRACIAS enormes a la vida, a Dios, y a mi esposo, por la familia que tanto anhelé, por esos hijos que con sólo mirarlos me llenan el corazón de amor genuino, de fuerza y de actitud de positiva.
Este blog, no logra, ni logrará JAMÁS expresar realmente lo que mis hijos generan en mí, ya que no hay palabras, o adjetivos que puedan transmitir este sentimiento tan poderoso que existe en mí después de que me convertí en madre.
Gracias , muchas gracias a mis hijos por transformarme en madre, el mejor y mas intenso rol que jamás imagine experimentar.